FINAL FOUR INFANTIL ARABA LA BOLSA GENEROSA 35 - 36 ARASKI 05
Este
sábado jugábamos la F4 de Álava. Después de una gran temporada era nuestra
oportunidad de acabar por todo lo grande, pero el resultado no fue el
esperado.
Los
nervios estaban a flor de piel en jugadoras, entrenadores y animadores. El
calentamiento fue bastante bien, las infantiles estaban concentradas y con
ganas.
Empezamos
el encuentro y desaparece toda esa concentración y empieza a invadirles el miedo
y la inseguridad. En el campo yo no veía a mis jugadoras; había desaparecido en
un momento todo lo que habíamos mejorado. No jugábamos a nada y dejamos que poco
a poco el rival cogiese confianza y la delantera.
Esto
también pasó en el segundo cuarto y acabamos la primera parte con el peor
parcial de la temporada, perdíamos 12-26.
Tras
una intensa conversación de nuestro coach a las pequeñas, empezaba el tercer
cuarto. Aunque los nervios seguían presentes, los dejamos un poco de lado y
pudimos disfrutar del verdadero juego de las infantiles. Se les notaba esa pizca
de carácter para poder sacar el partido adelante. Eran ofensivas al aro, se
apoderaban de los rebotes... Ya estaban recuperando su juego y empezamos a creer
que podíamos ganar.
El
encuentro acabó en un empate y jugamos una prórroga. Las jugadoras estaban
cansadas y cargadas de faltas, pero seguían peleando por poder suspirar de
alivio al final. Incluso con el esfuerzo de la segunda parte, acabamos perdiendo
de uno. Toda la ilusión por poder ser campeonas se perdió.
Las
jugadoras, desconsoladas, empezaron a llorar con intensidad. Se les apartó del
campo y se les explicó que el partido lo habíamos perdido en la primera parte
por esa falta de garra. Nos habíamos ilusionado con el futuro cuando aún no
habíamos superado el presente.
Creo
que todo pasa por un motivo y lo de este fin de semana no es una excepción. Las
infantiles han aprendido a que hay que trabajar duro todos los días para
conseguir sus objetivos; que el resto de los equipos también se esfuerzan y no
hay que conformarse. A que soñar está bien pero a veces hay que bajar de las
nubes y ser un poco realista. También a que deberían olvidarse un poco de
árbitros y marcadores y centrarse en sí mismas y en el equipo. Que de los
errores se aprende y que aunque perder sea duro, hay que aprender a levantarse
más fuerte y confiar.
Está
es la última crónica de la temporada y quería dedicársela un poco a las pequeñas
del club. Decirles que al igual que ellas aprenden de sus entrenadores, a veces
los entrenadores aprenden de ellas y que a pesar de este último partido, yo me
quedo con que el balance de la temporada ha sido más positivo que negativo. Muy
orgullosa de ellas.
Gogor
neskak!
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