La esperanza es lo último que se pierde. Esa era nuestra idea. Partido de pretemporada en mente. Ganas de ganar.

Pero, la realidad se impuso. No empezamos el partido como debimos. Aun en la cama, aun dormidas. Quizás nerviosas, o quizás, simplemente, eran mejores que nosotras.

La diferencia fue latente en el marcador desde el inicio. La presión y los triples, nuestra perdición. Representativo de ello fue el hecho de que necesitáramos más de 16 minutos para llegar a 10 puntos.

Aunque en momentos del partido demostráramos pasión y ganas de luchar, las pérdidas de balón y las consecuentes desconexiones acabaron con nosotras.

La segunda mitad fue parecida. Buenas defensas y ganas de correr a veces, pérdidas de balón y canastas sencillas de las rivales otras (muchas) veces. Con el pitido final, 56-33.

Más ganas para seguir trabajando. Otro modo de darse cuenta de las cosas a mejorar. Cogemos la semana con ilusión.

1, 2, 3 … ARABA!