Empezamos la segunda vuelta y visitábamos a San Viator, el primero de la clasificación. La última vez que nos enfrentamos, ellas nos dieron una lección de carácter y este sábado nos tocaba a nosotras. Dejamos a un lado el miedo y luchamos cada minuto.

El partido empezó a una hora a la que no estamos acostumbradas y en el calentamiento nos costó entrar en dinámica. Sin embargo, el partido comenzó lleno de energía por nuestra parte y así iba a ser el resto del encuentro. 

En la primera parte, a nivel defensivo, vimos cómo poco a poco se nota lo trabajado en defensa: cogimos rebotes, llegamos a las ayudas (no a todas), apretábamos el uno por uno, las líneas de pase estaban cubiertas y hablábamos; además, provocamos muchas luchas porque nos tirábamos al suelo a por los balones. Pero a nivel ofensivo, no tuvimos mucho acierto. Si que es verdad que respetábamos espacios y cada vez perdemos menos balones, y estás buenas acciones acababan en tiros liberados, pero no metíamos una, ni debajo del aro ni de media distancia.

En los primeros minutos de la segunda parte, disminuimos el nivel defensivo pero tras un tiempo muerto, volvimos a conseguir la intensidad de la primera parte. Es más, recibimos tres faltas en ataque a favor por pasar los bloqueos por arriba. Por otro lado, en ataque comenzamos a meter más y nos pusimos por delante con ventaja de un punto. 

Para acabar, el rival planteó una zona y no supimos romperla y finalmente perdimos 46-40.

A pesar de la derrota, este partido lo valoramos de manera muy positiva. Nos fuimos con rabia por no haber ganado pero con la cabeza alta y con la sensación de haber hecho un buen trabajo. La semana que viene más y mejor.

Aupa Araba!